¿Quién dicta las tendencias?

Por todos es sabido que “ir a la moda” es una forma de encajar, de sentirse aceptado e incluso en ocasiones dependiendo del prestigio que la sociedad haya querido darle a una determinada marca, resulta un método de distinción, pero ¿quién decide qué se va a llevar cada temporada? ¿Quién logra que nos pongamos  diseños que no nos convencen o  que incluso hemos considerado irrisorios en épocas anteriores? Les advierto que nada es producto de la casualidad.

Desde siempre  hemos confiado en la creativa imaginación de los modistos, pero como en todo trabajo de inspiración en algo tienen que apoyarse, ¿quizá en la influyente opinión de los gurús?, ¿en editores?, ¿o en la simple investigación de mercados centrada en el consumidor de a pie, tu, yo, tu vecino…? 

Pues en efecto según un artículo publicado en El Economista el resultado depende de un proceso de trabajo que puede llegar a durar hasta cuatro años en el  que intervienen desde sociólogos, economistas, diseñadores, hasta expertos en ciencias de la información la comunicación y el marketing.

Anna Wintor, editora de Vogue

           Como todos los demás,  el producto “moda”  ha necesitado de las estrategias de marketing para su difusión, por ello, durante década las grandes firmas se enfrentan por el favor de las estrellas, especialmente por las de cine,  a las que prestan gratuitamente sus productos con el fin de convertirlas en  su “escaparate” internacional.

Actriz Olivia Palermo, "it girl"

          Algo parecido pero a un nivel más próximo a la realidad viene sucediendo desde algún tiempo con las "blogueras". El perfil más general es el de chica joven, aficionada a la moda, o cuanto menos al consumo de la misma, que cuelga fotografías con sus looks (o para ser más fieles a su vocabulario “outfits”) acompañados con comentarios escuetos que en la mayoría de los casos se limitan a citar a qué tienda o marca pertenece cada prenda  o complemento.

 

También en este caso muchas marcas se ponen en contacto con ellas enviándoles gratuitamente sus productos con el fin de que los citen  y recomienden (¡quién no tiene una predisposición positiva hacia algo que te da un servicio y encima no te ha costado nada!) y  todos sabemos que el boca a boca no tiene límites y goza de mucha credibilidad. Por no hablar de los innumerables eventos y showrooms a los que son invitadas y los negocios en los que llegan a participa como “diseñadoras”.

Showroom de Desigual

En este último caso, se trata de una estrategia de promoción válida aunque  mal enfocada, ya que salvo excepciones, la titular del espacio suele no dar el perfil como imagen de marca o no enfocarla bien. 

Se debe tener en cuenta el tipo de lectores que tiene el blog, (que  es al fin y al cabo al público al que queremos llegar) y  no tanto el número de visitas y seguidores. Recordemos que a veces es mejor focalizarse en un público menos amplio pero ofrecer un servicio con mayor cobertura y calidad.

No me malinterpreten, hablo de lo más encontrado, hay blogs  con contenidos de calidad en cuyas entradas se manifiestan conocimientos en la materia o un exhaustivo trabajo de campo, yo misma me confieso una fan incondicional de estos espacios.

http://ovejanegramoda.blogspot.com.es/

           Los dos ejemplos anteriores muestran que lo que ahora está “de moda” son  lo que el novelista inglés Elinor Glyn llamaría “it girls.”En cualquier caso mi humilde persona sigue  creyendo en que somos nosotros mismos como consumidores quienes manifestamos nuestros gustos y necesidades y los especialistas en la materia quienes investigan y actúan en consecuencia.

En conclusión, ya lo decía el famoso Risto Mejide, con una de sus interveciones en el programa OT: todos somos productos que a diario proyectamos y vendemos una imagen  y la moda es una herramienta de nuestro marketing particular.