viernes, 14 de septiembre de 2012

Quien canta, sus males espanta.

     Turno hoy para la música, esa fiel compañera con el don de transportar nuestra mente a lugares nunca antes visitados, creadora de ambientes y ficción, domadora de fieras…

¿A cuántos de vosotros os ha llamado la atención una actuación en plena calle o en el metro? 
¿Qué diferencia a los artistas “callejeros” de los que gozan de contratos millonarios, fama y miles de seguidores? ¿son ellos los verdaderos artistas?¿han nacido todos en la cima?



Al margen del factor suerte es de vital importancia trazar una serie de estrategias básicas:
los cantantes y músicos deben como todo producto promocionarse y para ello es importante crearse un nombre y una imagen de marca, siempre original, pero simple y sencilla para facilitar la identificación y recuerdo por parte del público.
Incluimos en este apartado, el estilo musical y el repertorio, además del estilismo, presencia y comportamiento en los medios del artista en cuestión, todo vende.

Una vez dados los pasos básicos se procede al desarrollo de estrategias de segundo nivel, las más comunes son: la firma de discos, conciertos, participación en eventos, acuerdos con otras marcas comerciales, aparición en medios de comunicación, etc.
Sin embrago en la mayoría de los casos esto no es suficiente dado que la industria musical vive sus horas más bajas,  por ello,  son necesarias otras medidas.Para abrir boca recojo algunos ejemplos reales.


Con la salida del nuevo álbum de Mariah Carey, acompañado de un “magazine-tributo”, se confirma una nueva era dentro de los formatos publicitarios. El disco de la cantante va  acompañado de una mini-publicación de 34 páginas.



David Guetta ha confesado en numerosas ocasiones que no  usa marketing, pero si revisamos su biografía podemos ver que quizá nunca contratase a nadie con tales fines pero él solo, marcándose metas y con su particular idea de negocio basada en haber aunado su música de baile con grandes cantantes, (la mayor parte de las veces procedentes de la música urbana y góspel) consiguió colocar más de 3,5 millones de copias en todo el mundo con su disco One Love.

Hasta ese momento la figura del DJ estaba prácticamente relegada a las discotecas, era impensable un concierto donde un Dj fuera el único artista del cartel, pero el número uno del mundo ha sido responsable de elevar la profesión a su máxima expresión, ha acercado el dance y el house a todo el público.

En su pequeña “película” se relata de forma detallada los pasos que ha seguido hasta alcanzar el éxito.




Muy sonada ha sido la famosa salida del armario del cantante Ricky Martin, aunque él mismo negó que se tratase de una estrategia para vender su biografía Me o para promocionar su hasta ahora última gira, Ricky Martin,  ganó el número uno del ranking de ventas, incluyendo la lista Billboard en la categoría latina, donde ascendió al rango mejor álbum de debut en español en 15 años.




Como último ejemplo retrocedamos a la final de la Superbowl del año 2004, en concreto a la actuación del descanso protagonizada por Justin Timberlake y Janet Jackson. 
Durante la “performance” Justin tira sutilmente de la parte superior del encuerado atuendo de la hermanísima, dejando al descubierto uno de sus pechos. 
Pese a que los justificaron como un accidente, la polémica estaba servida ya que casualidades de la vida, al día siguiente salía a la venta el nuevo disco de Janet y Viacom, responsable del evento, registró una audiencia insólita tanto ese año como en sucesivas ediciones.




   Una vez presentado el tema me gustaría abrir debate ¿Lo mejor es saber diferenciarte con una imagen y un estilo inédito consiguiendo romper los moldes como en su día lo hicieron Michael Jackson o Lady Gaga? ¿O no desentonar y formar parte de las tendencias musicales que son actualidad y así garantizarte un hueco en el mercado musical?.

Dicen que es importante reinventarse al más puro estilo Madonna pero seguir la línea con la que te has dado a conocer para no perder la imagen que te ha dado el éxito.

Es decir, vístete como el artista que eres, así las hay que son tachadas de divas y otras de disfrazadas”. Precisamente muy comentados han sido los continuos cambios de la camaleónica Rihanna que ha pasado de dulce adolescente a una abanderada del inconformismo  pasando por una soñadora de pelo rosa que se columpia desde el cielo y que baila sensualmente bajo su umbrella.


Así que ¿hasta qué punto resulta recomendable cambiar la imagen o el estilo musical de un cantante?


  De todos modos no podemos olvidar el fin último de la música: aumentar la producción de la“hormona de la alegría”.La música, dicen los expertos, estimula varias regiones cerebrales.
Según el diario PuroMarketing esta es una de las razones que justifican del uso de Audio Marketing en el comercio, evidentemente, este estado facilita nuestra disposición a comprar pero esto ya merecería una entrada a parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario