Turno hoy para la música, esa fiel compañera con el don
de transportar nuestra mente a lugares nunca antes visitados, creadora de
ambientes y ficción, domadora de fieras…
¿A cuántos de vosotros os ha llamado la atención una
actuación en plena calle o en el metro?
¿Qué diferencia a los artistas “callejeros” de los que
gozan de contratos millonarios, fama y miles de seguidores? ¿son ellos los
verdaderos artistas?¿han nacido todos en la cima?
Al margen del factor suerte es de vital importancia trazar
una serie de estrategias básicas:
los cantantes y músicos deben como todo producto
promocionarse y para ello es importante crearse un nombre y una imagen de
marca, siempre original, pero simple y sencilla para facilitar la
identificación y recuerdo por parte del público.
Incluimos en este apartado, el estilo musical y el
repertorio, además del estilismo, presencia y comportamiento en los medios del
artista en cuestión, todo vende.
Una vez dados los pasos básicos se procede al desarrollo de
estrategias de segundo nivel, las más comunes son: la firma de discos,
conciertos, participación en eventos, acuerdos con otras marcas comerciales,
aparición en medios de comunicación, etc.
Sin
embrago en la mayoría de los casos esto no es suficiente dado que la industria
musical vive sus horas más bajas, por ello, son necesarias otras
medidas.Para abrir boca recojo algunos ejemplos
reales.
Con la
salida del nuevo álbum de Mariah Carey, acompañado de un “magazine-tributo”, se
confirma una nueva era dentro de los formatos publicitarios. El disco de la
cantante va acompañado de una mini-publicación de 34 páginas.
David Guetta ha confesado en numerosas ocasiones que no
usa marketing, pero si revisamos su biografía podemos ver que quizá nunca
contratase a nadie con tales fines pero él solo, marcándose metas y con su
particular idea de negocio basada en haber aunado su música de baile con
grandes cantantes, (la mayor parte de las veces procedentes de la música urbana
y góspel) consiguió colocar más de 3,5 millones de copias en todo el mundo con
su disco One Love.
Hasta ese momento la figura del DJ estaba prácticamente
relegada a las discotecas, era impensable un concierto donde un Dj fuera el
único artista del cartel, pero el número uno del mundo ha sido responsable de
elevar la profesión a su máxima expresión, ha acercado el dance y el house a
todo el público.
En su pequeña “película” se relata de forma detallada los
pasos que ha seguido hasta alcanzar el éxito.
Muy sonada ha sido la famosa salida del armario del cantante
Ricky Martin, aunque él mismo negó que se tratase de una estrategia para vender
su biografía Me o para promocionar su hasta ahora
última gira, Ricky Martin, ganó el número uno del ranking de ventas,
incluyendo la lista Billboard en la categoría latina, donde ascendió al rango
mejor álbum de debut en español en 15 años.
Como último ejemplo retrocedamos a la final de la Superbowl
del año 2004, en concreto a la actuación del descanso protagonizada por Justin
Timberlake y Janet Jackson.
Durante la “performance” Justin tira sutilmente de la parte superior
del encuerado atuendo de la hermanísima, dejando al descubierto uno de sus
pechos.
Pese a que los justificaron como un accidente, la polémica
estaba servida ya que casualidades de la vida, al día siguiente salía a la
venta el nuevo disco de Janet y Viacom, responsable del evento, registró una
audiencia insólita tanto ese año como en sucesivas ediciones.
Una vez presentado el tema me gustaría abrir debate ¿Lo mejor es saber diferenciarte con una imagen y un estilo inédito consiguiendo romper los moldes como en su día lo hicieron Michael Jackson o Lady Gaga? ¿O no desentonar y formar parte de las tendencias musicales que son actualidad y así garantizarte un hueco en el mercado musical?.
Dicen
que es importante reinventarse al más puro estilo Madonna pero seguir la línea
con la que te has dado a conocer para no perder la imagen que te ha dado el
éxito.
Es decir, vístete como el artista que
eres, así las hay que son tachadas de divas y otras de disfrazadas”.
Precisamente muy comentados han sido los continuos cambios de la camaleónica
Rihanna que ha pasado de dulce adolescente a una abanderada del inconformismo
pasando por una soñadora de pelo rosa que se columpia desde el cielo y
que baila sensualmente bajo su umbrella.
Así que
¿hasta qué punto resulta recomendable cambiar la imagen o el estilo musical de
un cantante?
De todos modos no podemos olvidar el fin último de la música: aumentar la producción de la“hormona de la alegría”.La música, dicen los expertos, estimula varias regiones cerebrales.
Según
el diario PuroMarketing esta es una de las
razones que justifican del uso de Audio Marketing en el comercio,
evidentemente, este estado facilita nuestra disposición a comprar pero esto ya
merecería una entrada a parte.
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